LA PACIENCIA
Cuanto más cerca estaba de su sueño, más difícil se volvía todo. Ya no funcionaba la " suerte del principiante " . Lo que funcionaba era la prueba de la persistencia y del valor de quien busca su leyenda personal.
Por eso no podía apresurarse ni impacientarse. Si actuaba así, acabaría por no ver las señales que Dios ponía en su camino. Ese era el lenguaje que le indicaba lo que debía hacer.
" No te impacientes " , se repitió a sí mismo. Ya se lo habían aconsejado:
" Come a la hora de comer; y camina a la hora de caminar ".
El alquimista, PAULO COELHO.